Vino, zumo, jamón y chocolate negro o cómo hacerse trampas al solitario

 

En este post queremos hablaros de algunos de los mitos alimentarios que más ampollas levantan. Son esos temas que cuando salen en consulta ya piensas “ai, ai”, porque pueden pasar 3 cosas:

  • El paciente se siente a la par sorprendido y agradecido por la información.
  • Te miran con cara de “esta chica no se entera de nada, a mi me lo dijo mi acupuntor y eso no es verdad” o “pues mi abuelo lo hacia y vivió 100 años”.
  • Quieren asesinarte. Literalmente. Lo notas, lo palpas.

En cualquier caso, son temas que interesan así que nos hemos lanzado a escribir este post. Ahí van las 4 afirmaciones nutricionales con los que más nos jugamos la vida (es broma).

 

VINO

No, no es sano. No, el tinto tampoco. No, aunque sea una copita al día tampoco.

¿De dónde viene la confusión? El vino tinto tiene antioxidantes y el alcohol un ligero efecto vasodilatador. De ahí que en algunos estudios lo relacionen con beneficios a nivel cardiovascular. Además, el vino forma parte de la famosa dieta mediterránea y eso no ayuda mucho a deshacer el entuerto. La verdad es que el vino lleva alcohol, y el alcohol es un tóxico, es decir, agrede a tu organismo desde la primera gota. Cada vez tenemos más estudios serios al respecto y la relación entre cualquier dosis de cualquier tipo de alcohol y el riesgo de cáncer es clara. Aquí tienes un interesante artículo sobre el tema.

Así que, aunque el vino contenga compuestos saludables como los polifenoles (antioxidante), éstos no anulan el efecto carcinogénico del alcohol que contiene. Si quieres cuidar tu salud con antioxidantes, aumenta el consumo de frutas y verduras.

ZUMO DE NARANJA NATURAL

No se recomienda, no equivale a tomarse una fruta y no va bien para el resfriado.

Este mito sorprende, aunque muchos profesionales ya han hablado del tema, por ejemplo en este artículo. Tomar un zumo de naranja natural es algo que tradicionalmente hemos hecho con la intención de cuidarnos, en ocasiones incluso haciendo el esfuerzo de levantarse temprano para prepararlo para toda la familia. Pues te vamos a liberar de esa carga porque la ciencia nos dice que es más saludable comer una naranja que tomarse su zumo. ¿Las razones?

  • La cantidad de azúcar de 1 zumo de fruta es mayor al de 1 pieza de fruta.
  • La rapidez de ingesta y la falta de masticación hacen que no se activen los mecanismos de saciedad necesarios para que el cuerpo entienda que se está llenando.
  • El azúcar del zumo es un azúcar libre, es decir, de absorción superrápida que genera grandes picos de insulina que debemos evitar. Al contrario, el azúcar de una pieza de fruta entera es azúcar intrínseco y está considerado saludable.
  • Con el zumo desechamos lo más interesante de la fruta que es la fibra y muchos otros compuestos saludables que se pierden.

CHOCOLATE NEGRO

Su consumo debe ser ocasional, igual que el del resto de dulces.

El chocolate negro está sobrevalorado. Ni es sano, ni es menos calórico.

Lo sano es el cacao natural puro y sin alcalinizar (tratamiento al que se someten la mayoría de cacaos destinados a hacer chocolate). El cacao, sin embargo, es muy amargo y apenas nadie lo tolera.

¿Por qué entonces tanto lio con el chocolate? El chocolate en un producto de repostería que mezcla cacao con azúcar y grasas. A más negro significa que tiene más cacao y por lo tanto menos azúcar y más antioxidantes. Eso lo hace más saludable que los chocolates con menor porcentaje de cacao pero sigue siendo un dulce alto en calorías, grasas y azúcar. Además, debemos tener en cuenta que a más cacao también más grasa y por lo tanto más calorías. Sí sí, aunque el chocolate negro es mejor opción también es más calórico que el chocolate con leche.

En resumen: el chocolate aunque muy negro sigue siendo un producto muy calórico y con azúcar o edulcorantes. Tómalo con moderación y con el menor contenido en azúcar posible.

 

JAMÓN

Aunque sea de bellota y te cueste un pastón, es un embutido y, por lo tanto, no es recomendable.

Los alimentos cárnicos procesados han demostrado una clara relación con el aumento en la incidencia de cáncer colorrectal. Además, aportan grasas saturadas (en cantidades variables), que consumidas en exceso son peligrosas para la salud cardiovascular. Por todo ello, el consumo recomendado de embutidos procesados es 0. Y el jamón, sea del tipo que sea, forma parte de esta lista. Sí, es una pena.

 

A veces nos dicen “se nota que no te gusta el vino” o “que dura eres”. No, no se trata de esto, a nosotras también nos gustan todas estas cosas. Otra cosa es si las consumimos o no y con qué frecuencia. Eso ya depende de cada uno, pero nuestro trabajo consiste en informar de lo que es sano y lo que no en base a lo que demuestra la ciencia. A partir de ahí cada uno es libre de escoger si lo toma o no. El cambio que deberíamos adoptar todos como sociedad, a nuestro entender, es aprender a aceptar las cosas como son y desde ahí elegir libremente.

Por ejemplo, hoy he decidido que me tomo una copa de vino y lo hago porque me apetece sabiendo que no es un acto que me ayuda a cuidarme. Ya está. O hoy necesito un poco de chocolate, pues me lo como, lo disfruto, pero no lo hago pensado que como es negro es sanísimo o que no me engordo. Porque señores, eso es hacerse trampas al solitario.

Por cierto, hay más alimentos que parecen sanos pero no lo son, ¿se te ocurre alguno?

 

 

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