Se entiende por menopausia el cese definitivo de menstruación, sin embargo, el cuerpo de la mujer empieza a experimentar cambios hormonales años antes de llegar a la menopausia y estos cambios se pueden mantener años después de ella. A este periodo, se la llama climaterio.

Las alteraciones hormonales durante este periodo pueden dar lugar a varios de los siguientes síntomas:

  • Precoces: sofocos, irritabilidad, cambios de humor, insomnio, aumento de la grasa centralizada, aumento de colesterol, hipertensión, cansancio, etc.
  • Tardíos: obesidad, osteoporosis, aumento del riesgo cardiovascular, reducción de la funcionalidad, etc

 

¿Está justificado el miedo a la ganancia de peso durante la menopausia?

Sí, los cambios hormonales (principalmente la ausencia de estrógenos) que suceden en la menopausia afectan a la ganancia de peso y, sobretodo, al aumento de grasa abdominal. Es decir, el cuerpo de la mujer adopta una forma más “masculina” o cuadrada: mayor perímetro de cintura y menor talla (la baja densidad ósea acorta el tronco). Y además, este déficit hormonal no nos pone las cosas fáciles y sino, atención a algunas de las causas que provocan estos cambios en la composición corporal:

  • Mayor apetito
  • Mayor ansiedad (apetito por el dulce)
  • Más cansancio (menos movimiento)
  • Menor metabolismo basal (se queman menos calorías por la pérdida muscular)
  • Síndrome de adaptación (efecto rebote)

 

Obviamente, es fundamental trabajar la aceptación de estos cambios corporales, sin embargo, eso no quiere decir resignarse a ellos, ¡podemos hacer mucho!

Es cierto que en esta etapa debemos poner más atención que nunca a nuestro estilo de vida pero PARA NADA significa que vayas a ganar peso seguro o que ya sea imposible perderlo. Lo que sí significa es que comer sano y hacer deporte aeróbico y de fuerza SON COMPLETAMENTE IMPRESCINDIBLES, ahora más que nunca.

En base a nuestra experiencia, os podemos decir que hemos acompañado a muchas mujeres durante el climaterio y podemos asegurar que con un buen trabajo y con constancia se consiguen cambios corporales (pérdida de peso y grasa con preservación de la masa muscular) espectaculares. Aquí tenéis un caso de una mujer de 58 años con una menopausia instaurada:

 

La menopausia no te impide perder peso, pero te lo pone más difícil.

¿Cómo se consiguen estos cambios?

Principalmente, con humildad, amor hacia uno mismo y poniendo mucha atención a la alimentación y al movimiento adquiriendo más conciencia de las acciones rutinarias. Para ello, es imprescindible poner en práctica ejercicios de monitorización.

En general, algunas de las estrategias pasan por aumentar las raciones diarias de fruta y verdura, evitar las comidas procesadas con azúcares y grasas malsanas y el alcohol, evitar la vida sedentaria aumentando el número de pasos diarios (caminar, dejar el coche/moto, reducir horas sentado) y realizar ejercicios de fuerza muscular (en casa, en el gimnasio, etc.). Todo ello sin hacer dietas estrictas, para evitar el síndrome de adaptación (efecto rebote) y cuidar la nutrición de los sistemas óseo, dérmico y cardiovascular. Puede parecer que no es nada nuevo pero en realidad es un ejercicio de autocuidado que consigue resultados mágicos si tienes constancia.

Si tienes interés en profundizar sobre los cambios durante la menopausia te recomendamos este libro

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